![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg83wxbfNYojeUu29Ouja5wS8tldveGTavBrnZIgJj5O1uM_fUsYA1lhzJsMojLhVOhml4-Axq_5oF7nMRtjDnQNyBT4iZydp_K4VJ48KUfMzyEu_Od1dhE18X-iXp4FSqtDU1r_01eFFk/s320/torm.jpg)
Luna se presento en emergencia, naufragando a la deriva en un frío y tormentoso mar de dudas e incertidumbres.
Sin ningún tipo de preámbulo me pidió reencauzar nuestra relación a un nivel de menor compromiso.
Luna se estaba ahogando en su propia ansiedad, y yo, perturbado aun por su planteo, la veía sumergirse sin atinar a nada.
Luna se iba al fondo de su propio abismo.
Mis sentidos despertaron violentamente cuando me di cuenta que estaba en un error. Estaba viendo sumergirse a Luna, pero no me daba cuenta que junto con ella, me hundiría yo también.
Sin Luna, no existe la vida.
Lentamente y con la tensa tranquilidad de meditar cada paso, cada palabra, mi mano extendida alcanzo finalmente la suya.
Poco a poco, Luna fue emergiendo de sus propias incertidumbres como una hermosa Ave Fénix que renace de las cenizas de la duda.
La tormenta paso.
Me siento bien. Se sintió perdida y creo haber sabido guiarla hacia nuestro calido y personal mundo donde se siente contenida, amada, única.
Pero eso si… quede exhausto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario