![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitYBZJomxbB4FF96K_6nSeg5pgIHx2eVwh2dJoXrbudR-XrPZrBpl4x25hxPwKHyxhyphenhyphenqP60vUS-O72ihpiOR1Lo4rPck5_0bGh6naP8gwzUbOtdKjRqem4PE6wGnObrZSYnhK18b_K_Tw/s320/1.jpg)
Mi amada y yo hemos tenido, de pequeños, la misma cobertura medica. Y nos han atendido en alguna oportunidad, en el mismo centro medico en épocas similares de nuestras tempranas vidas...
¿Acaso, acompañados por nuestras madres, esperamos nuestro turno en el mismo pediatra, mirándonos por lo bajo, de reojo y con vergüenza, mientras nuestros pies se balanceaban nerviosamente sentados en los sillones de madera oscura del centro medico?
No podemos asegurar que nuestros caminos se hayan cruzado en ese momento.
Pero tampoco podemos negar que existe la posibilidad de que si hayamos coincidido ese lugar, a la misma hora, a escasos centímetros…
Como enamorados que somos, optamos – nos aferramos con desesperación - a la segunda opción.
Pero será otra pregunta sin respuesta.
Como tantas, de nuestras vidas separadas y encontradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario