“Nuestros cuerpos se reconocen” me dijo Luna en una pausa de la pasión que hoy vivimos.
Y comprendi que habíamos alcanzado el cenit de nuestra existencia, de nuestro amor.
Nuestro amor siempre iba un paso delante de nuestros cuerpos.
Hoy se han dado la mano.
Cuerpo y alma.
Y si algo necesitábamos para sentir que ya nada se interpone en nuestro camino, era esto.
Hoy hubo pasión.
Hubo risas.
Hubo silencios.
Hubo caricias.
Pero por sobre todo, amor.
Un amor que ya traspasa nuestra ser, sale de nuestro interior más profundo e inexplorado y se desliza por nuestra piel.
Y comprendi que habíamos alcanzado el cenit de nuestra existencia, de nuestro amor.
Nuestro amor siempre iba un paso delante de nuestros cuerpos.
Hoy se han dado la mano.
Cuerpo y alma.
Y si algo necesitábamos para sentir que ya nada se interpone en nuestro camino, era esto.
Hoy hubo pasión.
Hubo risas.
Hubo silencios.
Hubo caricias.
Pero por sobre todo, amor.
Un amor que ya traspasa nuestra ser, sale de nuestro interior más profundo e inexplorado y se desliza por nuestra piel.
Todo para que en un momento magico, unico, nuestros cuerpos se reconozcan.
Luna alguna vez lamento no tener ciertas experiencias.
No las necesitas cielo.
Hoy me has hecho el amor como nadie jamás lo hizo.
Y lo sabes.
Estabas frente a mí.
Luna alguna vez lamento no tener ciertas experiencias.
No las necesitas cielo.
Hoy me has hecho el amor como nadie jamás lo hizo.
Y lo sabes.
Estabas frente a mí.
Sobre mi.
Y sentiste mi cuerpo doblarse.
Mis músculos tensarse.
Mi voz apenas audible, ahogada en tu rostro atento a cada señal de mi gozo.
Mujer.
Mi mujer.
No se trata de experiencias.
Se trata de amor.
Y hoy me lo has dado como nadie jamás.
Te amo.
Y sentiste mi cuerpo doblarse.
Mis músculos tensarse.
Mi voz apenas audible, ahogada en tu rostro atento a cada señal de mi gozo.
Mujer.
Mi mujer.
No se trata de experiencias.
Se trata de amor.
Y hoy me lo has dado como nadie jamás.
Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario