sábado, 23 de octubre de 2010

Soy


Soy la distancia cercana del grito de tu dolor, no tengo tez de sonrisa, ni disfraz de hipocresia.
Pero me doy en el cariño eterno cuando el cariño me llama, sin fatuidad ni abrigada por la arrogancia jactada. Y me desnudo para quedarme sin piel, en totales silencios, silenciados. Infinitos en la virulencia de la honestidad espontánea, porque tan solo se dar ese cariño que se alimenta de dar, porque engendre el amor en la pureza de amar.
Y desconozco el cambio.
Y me alejo de el a veces.
Y persigo inagotable la eternidad de los silencios capaces, para que me acerquen hasta que puedas sentirme, hasta convertirte en siempre.
Hasta convertirte en siempre.

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