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Parece una obviedad pero al leer un par de veces las próximas palabras, espero puedas hallar el secreto que esconden.
Ve quien desea ver. Oye quien desea oír.
El secreto es que dicen más de lo que expresan textualmente.
Se suceden señales en forma infinita a nuestro alrededor. Señales claras que sin embargo, pasan desapercibidas por el solo hecho de que no sabemos percibirlas o no nos damos el tiempo necesario para captarlas.
Ver y oír, como herramienta para comunicarnos con el entorno, con los seres y cosas que nos rodean. No ser un simple receptor de imágenes y sonidos, sino saber interpretarlos y captar su expresión para entender el mensaje, el anuncio, la emoción.
Me esfuerzo en depurar esta técnica. Me concentro en ello.
Conseguí oír mi corazón latiendo dentro de mí.
Ahora me propongo algún día poder llegar a leer un libro con mis ojos cerrados.
O percibir la mejor melodía en el silencio absoluto.
Un día deje de observarte y escucharte, y comencé a verte y oírte.
Tu cuerpo exhausto de crear amor busco anidar en mí. Mi persona tomo una actitud cóncava para envolver tu desnudez.
Tus pies estan fríos, los abrigo con los míos. Nuestras piernas se anudan.
Vi tus ojos perdidos en la ventana. Oí el sonido de tu respiración acompasada con tu pensamiento. Percibía tu mente enredada en una idea que daba vueltas en tu cabeza.
“¿En que pensas?” Pregunte invadiendo tu viaje.
Tu respuesta marco el mejor y más audaz cambio al sentido de tu vida.
Sabía que algo anidaba en vos.
Al igual que lo hacia en mi.
Ve quien desea ver. Oye quien desea oír.
Mujer. Diosa – Hembra, permiteme adorar una vez mas tu cáliz de fuego que quema mi guerrero en cada embestida de pasión.
Tu cuerpo me reconoce. Ya no es necesario pedir permiso para invadir tu santuario.
Y como un nuevo día, me llenas de esperanzas. E imagino en tu suspiro de mujer en llamas, el suave susurro de Ángeles cantando promesas de amor.
Alabados sean los cielos, por haberme dado a mi Mujer, Diosa – Hembra.
Mi regocijo es infinito.
Conseguí oír mi corazón latiendo dentro de mí.
Ahora quiero sincronizarlo con el tuyo.
Cuando lo consiga, cumpliré mi deseo de leer un libro con mis ojos cerrados. O percibir la mejor melodía en el silencio absoluto.
Te amo Luna.