martes, 27 de octubre de 2009

Especialmente de ti para mi

Una rodilla asoma, delatando un modo muy particular de sentarse.
Un cabello claro, largo, con ondas que asemejan las olas de un mar. Ese mar color bronce en el cual me gusta zambullir mis dedos y jugar a enredarlos, enmarca un rostro juvenil.
Un rostro que ignora y desobedece con descaro el paso del tiempo. Que mantiene la frescura y la mirada atenta y picara de una adolescencia viva y saludable en un corazón de mujer romántica incurable.
Creanme, es un rostro tan perfecto que ni los bonitos aros que coronan sus lóbulos, logran distraer mi atención, observador implacable a la hora de leer cada centímetro de su piel y cronista voluntario de su belleza.
En ese rostro, anida una boca que ha sido mi perdición, mi carcelera desde el primer día que mis labios se posaron en ella. Una boca que habla palabras de amor, de comprensión, de entrega. Y que cuando no habla, sigue transmitiendo las mismas sensaciones al recorrer mi piel.
Anida en ese rostro, una nariz recta, breve, rosada, pecosa, al igual que sus mejillas.
Mejillas en las cuales vive un hermoso lunar que reclame de mi propiedad y que escriture con una promesa de pertenencia infinita y total.
Para el final he dejado adrede su ojos.
Mirada tierna, dulce, compinche, incitadora. Sus ojos hablan, su idioma es calido, con la sencillez de lo directo al corazón, a los sentidos. Expresan más que mil palabras.
El color de esos ojos es indefinido. Se visten de diferente gala depende si los visita la luz del sol, la palidez de la luna, o la oscuridad cómplice de a la pasión.
Todo esto, solo para decirte, amada Luna, que he recibido la foto que especialmente tomaste de ti para mi.
Eres bella.
Mucho.
Te amo.
Mucho.

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