jueves, 29 de octubre de 2009

Bajo un mismo cielo

Son unas horas que se estiran más de lo deseado.
Los minutos parecen tener más de sesenta segundos.
El tiempo parece congelarse.
Lo imagino parado frente a mí. Me mira fijo con la soberbia de quien lleva las riendas del asunto.
Lo ignoro, o al menos, esto trato de hacer.
Para combatir el hastío, decido – como hago en estos casos o cuando la vida me pesa – plasmar algunos pensamientos, encerrar para siempre en palabras las volátiles sensaciones que cruzan mi alma. Si no fuera por las palabras, por un papel, muchas emociones se perderían para siempre como lagrimas en la lluvia.
Es entonces cuando apareces en mi mente y trato de imaginar que estas sintiendo ahora.
Ese instinto que tenemos algunos hombres de sobreproteger, nubla mi razonamiento y me lleva siempre a meterme donde no me llaman.
Me encantaría poder abrazarte en este preciso instante, y encontrar la forma de poder hacer más fácil la transición a la que en algún momento de nuestras vidas, vamos a enfrentar.
Ahora la duda me invade.
Me pregunto que sentirás al leer esto, que nació por y para vos.
Y sé que la sensación que tanto me cuesta explicar con palabras, llegara a tu corazón, limpia y sin rodeos.
Sabes que estoy a tu lado y que tus alegrías me provocan felicidad y tu dolor me punza el alma tanto como a vos.
Te amo, y eso nada ni nadie lo podrá cambiar.
Estamos juntos, al alcance de un susurro o de nuestras manos, o tan lejos que no podamos siquiera ubicar en un mapa en que lugar duerme el otro.
Pero estaremos siempre bajo un mismo cielo y quizás mirando la misma estrella.
Esa magia no se consigue en cualquier mirada o en cualquier sentir.

martes, 27 de octubre de 2009

Especialmente de ti para mi

Una rodilla asoma, delatando un modo muy particular de sentarse.
Un cabello claro, largo, con ondas que asemejan las olas de un mar. Ese mar color bronce en el cual me gusta zambullir mis dedos y jugar a enredarlos, enmarca un rostro juvenil.
Un rostro que ignora y desobedece con descaro el paso del tiempo. Que mantiene la frescura y la mirada atenta y picara de una adolescencia viva y saludable en un corazón de mujer romántica incurable.
Creanme, es un rostro tan perfecto que ni los bonitos aros que coronan sus lóbulos, logran distraer mi atención, observador implacable a la hora de leer cada centímetro de su piel y cronista voluntario de su belleza.
En ese rostro, anida una boca que ha sido mi perdición, mi carcelera desde el primer día que mis labios se posaron en ella. Una boca que habla palabras de amor, de comprensión, de entrega. Y que cuando no habla, sigue transmitiendo las mismas sensaciones al recorrer mi piel.
Anida en ese rostro, una nariz recta, breve, rosada, pecosa, al igual que sus mejillas.
Mejillas en las cuales vive un hermoso lunar que reclame de mi propiedad y que escriture con una promesa de pertenencia infinita y total.
Para el final he dejado adrede su ojos.
Mirada tierna, dulce, compinche, incitadora. Sus ojos hablan, su idioma es calido, con la sencillez de lo directo al corazón, a los sentidos. Expresan más que mil palabras.
El color de esos ojos es indefinido. Se visten de diferente gala depende si los visita la luz del sol, la palidez de la luna, o la oscuridad cómplice de a la pasión.
Todo esto, solo para decirte, amada Luna, que he recibido la foto que especialmente tomaste de ti para mi.
Eres bella.
Mucho.
Te amo.
Mucho.

sábado, 24 de octubre de 2009

Siete


Siete son los días de una semana.
Siete son las notas musicales.
Siete son los colores del arco iris.
Siete son los pecados capitales.
Siete son las bellas artes.
Siete son los mares.
Siete son las Maravillas del Mundo.
Siete fueron los sabios de Grecia.
Siete vidas tiene un gato.
Siete fueron las frases pronunciadas por Jesús en la cruz: "Padre perdónales porque no saben lo que hacen", "En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso", "Mujer he aquí a tu hijo, hijo he ahí a tu madre", "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Elí, Elí, lema sa bactaní)", "Tengo sed", "Ya se ha consumado" y "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
Siete son las chakras en el cuerpo humano segun el hinduismo.
Siete son las virtudes del bushido: honradez y justicia; valor heroico; compasión; cortesía; honor; sinceridad absoluta; deber y lealtad.
Siete son las Estrellas de Suzaku, en Fushigi Yugi y en la mitología china.
Siete son los meses que me has amado, que me has dado vida, que me has emocionado, que me has hecho esperar un nuevo dia con la esperanza renovada, que me has hecho sentir el hombre mas afortunado sobre la faz de la tierra.

martes, 20 de octubre de 2009

Eterno


Una lágrima se evaporara en el tiempo.
Una flor se marchitara en la noche.
Una plegaria solo la escuchara Dios.
Un te amo en tus labios será eterno.
(Escultura: El beso - Rodin)

sábado, 17 de octubre de 2009

Un minuto. Un silencio.


Un minuto con tu mirada en mis ojos,
un silencio en el que mis manos tocan tu piel,
un minuto en el que veo el placer en tu cuerpo,
un silencio para nuestro gozo.

viernes, 9 de octubre de 2009

Si uno de los dos


Antes de explicarte
Algunas cosas amor mío,
Quiero que sepas que en el amor
Como en la guerra, no hay nunca
Vencedores ni vencidos.
Si uno de los dos pierde,
Los dos perdemos;
Si uno de los dos gana,
Los dos ganamos;
Cada fracaso mío te pertenece,
Cada victoria tuya, me llena el alma.
Si uno de los dos ama,
Los dos amamos,
Si uno de los dos odia,
Los dos odiamos.
Es enemigo mío, quien te lastima
Y aquel que me hace daño, es tu enemigo.

No es solamente tuya tu sonrisa, no,
Ni únicamente mía mi tristeza.
No es totalmente tuyo tu destino,
No es del todo mío mi camino,
No eres dueña de tu vida,
Como yo tampoco soy dueño de mi mismo.
Desde que nos amamos, amor mío,
Lo tuyo es mío, y lo mío es tuyo.
Tuyo y mío, como tiene que ser.

La lluvia cae sobre nuestro techo,
Así, como el sol entra en nuestra casa.
El dolor a veces comparte nuestra mesa,
Pero... ¡Cuanto Amor comparte nuestra cama!
Si la vida es buena conmigo,
No lo dudes, será buena contigo.
Que quede bien en claro...
Si uno de los dos pierde, los dos perdemos,
Si uno de los dos gana, los dos ganamos.
(Anonimo - Encontrado por Luna)

martes, 6 de octubre de 2009

Amor


Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.

Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.

Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía amarte más.
Y todavía amarte más y más.

Amor
Pablo Neruda